Cofradía y Cuerpo Militar suponen uno de los más compactos y logrados ‘binomios’ institucionales en el contexto de nuestra ciudad.

Vamos a resumir y comentar lo que hemos titulado como la ‘Historia de una vinculación fraternal y rotunda’ en donde el hermanamiento entre Cofradía y Cuerpo Militar suponen uno de los más compactos y logrados ‘binomios’ institucionales en el contexto de nuestra ciudad.

01. Orígenes

Hablar de la Guardia Civil implica sintetizar más de 175 años de existencia desde que en 1844 se fundara por Decreto de 13 de mayo el Instituto de la Guardia Civil. Para tal cometido se comisionó al Mariscal de Campo, D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada, y responsable de sentar las bases el Cuerpo -en la denominada ́Cartilla de la Guardia Civil- sobre los cometidos y deberes principales a desarrollar; estos eran, la protección a las personas, a las propiedades, y el mantenimiento del orden público; desde la calidad profesional, con vocación de servicio, y portando el patrimonio del honor como divisa que nunca podrá ser restituido en caso de pérdida.

Aunque en el comienzo estaba el servicio centralizado en la capital del reino, muy pronto, el 11 de diciembre de 1844, llegaron las primeras fuerzas de infantería a la provincia de Málaga, distribuyéndose por el territorio a finales del mes de enero siguiente en cuatro secciones de infantería y ampliándose a otras 8 localidades más en 1857, quedando el territorio provincial cubierto estratégicamente, especialmente en las zonas de interior.

En cuanto a su relación con el mundo de la Semana Santa y de las hermandades y cofradías, y ante una ausencia detallada de información sobre el contexto local, tenemos que abrir un poco las miras y referirnos en general a un contexto andaluz, del que a buen seguro Málaga no quedaba ajena.

Durante la segunda mitad del s. XIX la implantación del Cuerpo era una realidad palpable en toda la zona sur. Desde mediados de ese mismo siglo la presencia de la Guardia Civil era requerida a través de la autoridad militar o gubernativa en no pocas procesiones de toda la geografía andaluza, a fin de evitar cualquier desagradable incidente por parte de ‘algún exaltado’ ante el exaltado y cronificado ambiente anticlerical de la época. Como hemos podido comprobar con el tiempo la medida resultó de indudable validez, no sólo por su efectividad en la seguridad, sino porque venía a otorgar a los desfiles una mayor solemnidad y lucimiento, circunstancia esta que desembocará en la solicitud -por parte de muchas de estas hermandades solicitantes- de la presencia de la escuadra de caballería, que vendría a actuar con gran diligencia en el despeje del itinerario procesional (entonces no había recorridos ni trazados oficiales) y otorgaría homogeneidad y vistosidad a la comitiva.

Se generalizó ya a finales del s. XIX y principios del XX su participación en las procesiones por su doble condición de fuerza militar y garante del orden público, llegando a cerrar muchos de los cortejos con una Compañía de Honores.
En nuestra ciudad desconocemos con exactitud la primera participación de la Guardia Civil en una procesión. Si podemos documentar la presencia de los regimientos asentados en la ciudad, como los de Murcia o Soria, a finales de la década de los 50, en donde también figuraba la oficialidad del cuerpo militar y la banda de música.

Las primeras referencias a la presencia de la Guardia Civil en nuestras procesiones la encontramos a principios del siglo XX. El 11 de abril de 1903 la Unión Mercantil publica que Nuestro Padre Jesús de Cabrilla efectuó su primera salida procesional de la Iglesia de Santo Domingo precedida de la Guardia Civil a caballo…

Junto a esta efeméride podemos ver en fotografías y estampas antiguas de la Semana Santa de Málaga como en las primeras décadas del siglo, y años antes de producirse el nombramiento de Hermano Mayor Honorario por parte de la Cofradía de la Expiración, la Guardia Civil figuraba como escolta de numerosos tronos procesionales, al tiempo que otras cofradías incorporaban también a sus desfiles las bandas de cornetas y tambores o de música del Instituto junto a una representación de mandos del Cuerpo.

02. Historia fraternal

Una vez desarrollada la introducción sobre el origen del Instituto Armado y su progresivo acercamiento a la participación en los cortejos procesionales vamos a resumir y comentar lo que hemos titulado como una historia de una vinculación fraternal y rotunda en donde el hermanamiento Cofradía y Cuerpo suponen uno de los más compactos y logrados binomios institucionales en el contexto de nuestra ciudad y con toda probabilidad, dentro del contexto nacional, si ante las mismas circunstancias nos situamos.

Para presentar tan extensa e intensa historia dividiremos el contenido en tres bloques, que aun formando una unidad, creemos aportará orden, claridad y fundamento a un artículo- crónica,. que viene a resumir a día de hoy los más de ochenta años de hermanamiento plenos de colaboración, solidaridad, mutuo respeto y admiración institucional y que, surgido por buena ventura, guarda personas e hitos que son parte de una historia común que trasciende a todos.

03. Los antecedentes

El 2 de mayo de 1920 se produce en Málaga un pronunciamiento devocional a través de un grupo de devotos que dan cuerpo, reglas y sede canónica en la Iglesia de San Pedro a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores. Tan sólo un año después, y tras la fundación de la Agrupación de Cofradías, efectuaría procesión durante la Semana Santa junto a otras 13 cofradías, siendo escoltada la Virgen por guardias de uniforme de gala,  con correaje y sin tricornio. Toda una premonición.

El 10 de marzo de 1923 tuvo lugar un acto administrativo que se convertirá en hito histórico para la hoy Archicofradía, pues tras los mandatos de varios hermanos mayores de los que destacamos a los señores Mesa Vilches y Peña Munsuri, es elegido Hermano Mayor don Enrique Navarro Torres (1897-1981), colosal personalidad y excepcional figura cofrade que resulta inabarcable en tan pocas líneas. Sólo su mandato y sus logros aquí citados intentarán constituir lo que no es más que una somera aproximación de lo que significó y significa para la Expiración la figura de nuestro Hermano Mayor Perpetuo.

 

Tres fechas consecutivas y dispuestas en paralelo van a introducir, a pesar de los desastres de los años de 1931 y de 1936, el inicio del hermanamiento con el Benemérito Instituto, que es uno de los objetos de esta crónica-artículo que ha de servir de soporte divulgativo de tan admirable relación institucional.

En 1926 y a través de la mediación de Dª María Cecilia Cubas y Erice, Marquesa viuda de Aldama y extraordinaria benefactora de la cofradía, y también por la mediación de D. José Luis Vázquez, directivo de la cofradía, se logra que S.M. El Rey Alfonso XIII, otorgue a la cofradía el título de Real. Un año más tarde, la procesión desfilará con arreglo al siguiente orden: Sección de Guardia Civil montada, escolta del Gobernador Militar... Como tercer hito o fecha a destacar vamos a remontarnos al 4 de octubre de 1929 (curiosa fecha para los hermanos de la Expiración) en la que por Real Decreto se le concede a la Guardia Civil la Gran Cruz de la Orden de Beneficencia y en consecuencia el Título de Benemérita que ostenta desde esta fecha hasta nuestros días.

Los lastimosos sucesos de los días 11 y 12 de mayo de 1931 y los del año 1936, de los que pudo salvarse la imagen de la Virgen y una parte del ajuar procesional, no medraron el ánimo de D. Enrique Navarro; es más, el 25 de marzo de 1937 pronunció una vital y sensata  defensa ante tanta contrariedad que iban a marcar el camino a seguir:

Ninguna Cofradía ha desaparecido, porque si bien es verdad que hemos perdido muchas imágenes y casi todo nuestro tesoro procesional, quedamos nosotros con nuestra fe y nuestro decidido propósito y la ayuda de todos los buenos malagueños. La Semana Santa resurgirá purificada, más potente y hermosa, si cabe…

Y a este trabajo consagró toda su vida.

04. Junto con Enrique Navarro

Los hitos de esta amplia e intensa etapa serían imposibles de concebir sin la seguridad y el convencimiento de las palabras antes citadas de D. Enrique Navarro. El prestigio personal y social con el que nuestro Hermano Mayor contaba, su solvente capacidad de gestión y la cultura del esfuerzo como práctica ineludible para alcanzar las metas deseadas y propuestas, junto a esa parte circunstancial y eventual que siempre ha de caer de tu lado, posibilitaron que esas palabras de D. Enrique se volvieran ‘proféticas’ para el futuro de la Cofradía. Pero empecemos por el principio…

En 1920, y dentro de los perseverantes activos con los que contaba la Hermandad en su reorganización situamos la figura de D. Remigio Fernández De Pablo, persona vinculada profesional y comercialmente con D. Enrique Navarro. En 1937 llega a Málaga un primo de D. Remigio, D. Carlos Álvarez De Pablo (con posterioridad, Hermano Mayor Predilecto) destinado a Málaga como teniente coronel del 16º Tercio de la Guardia Civil. Durante una cena en el domicilio de la familia De Pablo (que hoy van ya por la quinta generación de hermanos de la Expiración) se fortalece la idea de nombrar a la Guardia Civil Hermano Mayor Honorario -vinculando de esta forma- las ideas de protección y beneficencia a la propia hermandad, tan próxima a los mismos valores.

En abril de 1938 la Cofradía de la Expiración envía Oficio a la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, por el que nombra Hermano Mayor Honorario al Benemérito Instituto. El 23 de ese mismo mes, la Comandancia de Málaga informa a la antigua Inspección General de la Guardia Civil del nombramiento, y el 28 de abril (la Cofradía llega el envío el 3 de mayo) el Inspector General responde a la Comandancia de Málaga expresando el honor que supone el nombramiento e informando de la aceptación en la próxima publicación en el Boletín Oficial del Cuerpo (31 de mayo de 1938), firmado en Valladolid en nombre del Inspector General Sr. Fernández Pérez. El nombramiento se hará efectivo en mano en noviembre de 1939 en la Comandancia de Málaga. Comienza una historia de fraternidad que hoy tiene más de 80 años.

Desde este singular y extraordinario hecho el valor institucional y patrimonial de la cofradía no deja de elevarse bajo los parámetros de respeto, nobleza, gusto y elegancia. En 1940 procesiona por vez primera la imagen del Cristo de la Expiración, obra de D. Mariano Benlliure, quien asiste junto al Director General del Cuerpo, el General Álvarez Arenas, a su primera salida procesional. Dos años más tarde saldría sobre las portentosas andas labradas en los Talleres del Padre Félix Granda Buylla de Madrid.

Un poco más tarde, en 1943, año en el que es nombrado Director General de la Guardia Civil, D. Camilo Alonso Vega (1943–955), se inician las obras de reconstrucción de San Pedro y las Capillas Propias de la Cofradía. La figura del señor Alonso Vega será capital para la reedificación del templo y la vuelta a San Pedro de la Hermandad, así como para la elaboración y el desarrollo del conjunto de trono, palio y manto de la Virgen de los Dolores, -que en un breve periodo de 5 años- y de la mano de la Guardia Civil (a través de la figura de los Cofrades Predilectos) y de su Director General, y también guiados por un distinguido criterio artístico, la cofradía pudo realizar uno de los más portentosos conjuntos del arte procesional de la mano del Maestro Platero  Manuel Seco Velasco en la orfebrería y del no menos genial D. Manuel Elena Caro -como director y maestro de los Talleres de Esperanza Elena Caro- en el bordado y con las trazas maestras de D. Luis Ramos Rosas para la orfebrería del trono (cajillo) y de D. Carlos Wenceslao Chamorro para los diseños del bordado.

La estrecha relación de colaboración y hermanamiento no cesó en este punto, sino que estos hechos sólo vinieron a materializar lo que ya era una realidad palpable en algo tangible. La presencia del Instituto es tan continua como su participación en todos los actos tanto rutinarios como extraordinarios, como así sucedería durante el XXV Aniversario del hermanamiento de ambas instituciones que se celebra con actos en Madrid y en Málaga en 1963.

 

Un nuevo logro histórico para la ciudad de Málaga y para nuestra cofradía sucede en el año de 1968, la inauguración de la ‘Casa-Hogar, Museo y Patronato’ de la Cofradía de la Expiración en unos terrenos anexos a la Parroquia de San Pedro. En este punto es imprescindible mencionar que la existencia de las aulas del Patronato Escolar era una innegociable exigencia ‘autoimpuesta’ por el Hermano Mayor para ofrecer las necesidades educativas a muchas familias percheleras desfavorecidas. Una vez instaurada la Casa de Hermandad, surge -el hoy clásico- traslado del Viernes de Dolores en donde la la Cofradía efectúa un recorrido por las calles del Perchel y en el que por acuerdo de Junta de Gobierno de 12 de marzo del mismo año, se decide que serán (hasta el día de hoy) oficiales de la Guardia Civil quienes porten durante el mismo la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración.

05. En la actualidad

Tras el fallecimiento de D. Enrique Navarro el 22 de abril de 1981 comenzaba una nueva etapa donde la normalidad institucional, bajo una línea de relación continuista en participación, orden y protocolo será la constante de los primeros años 80. Las cambiantes situaciones políticas que trajo el cambio de régimen, sumado a los condenables hechos del año 1981, no hicieron ninguna mella en el hermanamiento, que salió sin duda fortalecido como ha demostrado la historia reciente de ambas instituciones.

A mediados de esta década, en 1986, la Cofradía concede la Medalla de Oro al Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro como símbolo y modelo de enseñanza. Unos meses más tarde, y ante uno de los actos más importantes de la historia de la Cofradía; la Coronación Canónica de María Santísima de Dolores; actúan como padrinos de la misma el Subdirector General de la Guardia Civil, D. Francisco Javier Cereceda Colado y su Sra. Destacando además en este solemne y triunfal acto, la participación de una Compañía del Cuerpo de la Guardia Civil, con escuadra y banda de música acompañando a la Virgen en su regreso a San Pedro.

Entre 1988 y 1995 otros dos actos van a centrar la actividad extraordinaria de la relación de ambas instituciones. Por un lado la celebración, a través de numerosos actos, del cincuentenario del hermanamiento de Cuerpo Militar y Cofradía, y por otro, el 150º Aniversario de la Guardia Civil y 75º de la reorganización de la Cofradía, ceremonia en la que se le concedió e impuso la medalla de oro de la Cofradía a la Guardia Civil.

 

En 1999, el 30 de marzo, y durante la misa de campaña le fue impuesta por parte del Director General de la Benemérita, D. Santiago López Valdivieso, a nuestra Virgen de los Dolores, la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil para premiar las acciones de extraordinario relieve que redundan en el prestigio del Cuerpo. Esta distinción tan sólo había sido impuesta anteriormente a la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil, y a la Virgen de los Desamparados, Patrona de Valencia.

El siglo XXI trae para la Cofradía un acontecimiento relevante. El 21 de marzo de 2001, el Arzobispo Castrense de España, Reverendísimo Señor D. José Manuel Estepa Llaurens decretó el nombramiento del Santísimo Cristo de la Expiración como Protector Oficial de los Guardias Civiles y sus familias que profesan la fe católica. Un nombramiento que impresionó y emocionó sobremanera a nuestra hermandad, aprobando de forma inmediata en Junta de Gobierno que una reproducción de la Imagen del Santísimo Cristo figurase en todas las Comandancias, Colegios y Academias de la Guardia Civil, empresa esta que se viene desarrollando desde entonces con numerosas entregas efectuadas por toda la geografía española -hasta día de hoy- de una réplica de nuestro Cristo Protector.

06. Epílogo

Desde la perspectiva más puramente cofrade puede, que a día de hoy, podamos sorprendernos de la espectacular participación en número y el gran protagonismo del Benemérito Cuerpo en el desfile procesional de la Archicofradía de la Expiración cada noche de Miércoles Santo. El poder de las imágenes y de los sonidos se revela en ese instante, como ‘el cómplice’ que nos permite la constante evocación y renovación de la memoria cuando se siente y se contempla, y muy especialmente cuando se vive, la llegada de la Archicofradía de la Expiración. Un sonido que nos invita a descubrir que permanece prístinamente intacta la idea de procesión de Expiración que todos los cofrades guardamos en la memoria, y cuyo eco nos transmite el Benemérito Instituto de la Guardia Civil.

Hemos hecho alusión en esta breve historia a los valores que desde el principio se aportaron ambas instituciones entre sí; la lealtad, la fidelidad, el honor y la nobleza; la elegancia, la seriedad y el buen hacer, son algunas de las características que desde el origen del hermanamiento se aseguraron Cofradía y Cuerpo Militar para andar un camino en el que, a pesar de los desiguales cometidos a desarrollar por cada organización, unos y otros nos re-conociéramos al mirarnos como si de un espejo de naturaleza interior se tratara.

Hablar de la aportación de la Guardia Civil a la Archicofradía, al margen de los valores antes comentados, es hablar de una espectacular implicación y colaboración en el crecimiento y mejora del patrimonio de la Hermandad. Desde los Directores Generales hasta el último guardia del Cuerpo -que voluntariamente han colaborado a lo largo de la dilatada historia conjunta- merecerían sólo por el gesto los honores que hoy se le dispensan al cuerpo. Pero a la oficialidad patente hay que añadir las muchísimas colaboraciones desinteresadas, las ayudas prestadas a la Corporación y la implicación que durante toda esta andadura el Instituto ha prestado. Desde donaciones personales al ajuar procesional -el estandarte del Cristo o la reposición de la corona robada y destrozada- junto a las múltiples colaboraciones del Drtor. Gral. Alonso Vega, que más allá de lo patrimonial y afectivo, supusieron una extensión por todo el territorio nacional, del cariño y de la devoción que Málaga le profesa al Cristo de la Expiración y la Virgen de los Dolores.

También guardamos celosamente esos fajines de los mandos del cuerpo entregados a la Virgen en ofrenda de lo mejor que cada Guardia tiene, la entrega con su trabajo para la sociedad, que toman cuerpo en este símbolo de mando y responsabilidad. Podemos destacar muchos regalos personales, la participación que ofrecen con extensión en todos los ámbitos de nuestra actividad, cuando no el hombro como soporte del Cristo de la Expiración o la Virgen de los Dolores en las noches de Miércoles Santo, pero sobre todo el esfuerzo -hoy puesto con celo mediante el respeto y el cariño histórico que ambas organizaciones se profesan- que entregan junto al procesional y penitencial de todos los hermanos de la Expiración para dar; rigor al hecho penitencial, elegancia a las formas y fundamento a su historia.